El apasionante reto de ser CEO en una empresa familiar
Hace ya unos años me convertí en un “outsider”. Así es como se nos denomina, en el mundo del management, a aquellos que como yo formamos parte de una familia empresarial sin ser miembro de ella.
Es lógico que se nos llame así, no solo por que venimos de fuera del entorno, sino porque es un caso poco común. En la mayoría de las empresas familiares españolas es la propia familia quien ocupa posiciones de relevancia y de hecho, en el 82% de las compañías el primer ejecutivo o CEO es un miembro del clan familiar.
Ser “outsider” pues, incluye una serie de compromisos entre directivo y familia propietaria que no se dan en otras empresas y que permiten construir una gestión empresarial estimulante a la par que muy completa y compleja y que comporta una doble responsabilidad. Creo que es vital establecer las reglas del juego desde el principio, definir las fases de adaptación a la empresa y mantener una relación abierta y de confianza entre ambas partes, que al fin y al cabo tienen el mismo objetivo e interés y que no es otro que trabajar por el éxito de la empresa.
Cómo ser un buen “outsider”
En esta experiencia que vivo día a día, he ido viendo que hay una serie de rasgos del directivo externo que facilitan mucho la relación con la familia y que trabajan a favor de la gestión y de la empresa: la rapidez y capacidad de adaptación para entender las relaciones internas, el modelo de negocio y la historia e inquietudes de los propietarios. Tener personalidad, convertirse en un foco de carácter dentro de la empresa y ejercer de referente de liderazgo para el resto de los equipos. Tener capacidad comunicativa y apostar por un tono y un estilo colaborativo y transversal. Ser transparente. No caer en la tentación de concentrar todo el poder y la capacidad de decisión en nuestro cargo: crear un equipo potente y motivado y potenciar a las personas.
Un ejecutivo externo debe ser flexible para adecuarse a los cambios y evolucionar en paralelo a la familia; tolerante porque en ocasiones tendrá que ceder en la toma de decisiones determinantes y al mismo tiempo debe tener la determinación y la confianza en sí mismo para defender sus posiciones y su estilo de liderazgo y de gestión, siempre por el bien del proyecto de empresa comprometido por ambas partes.
Hay quien dice que gestionar una empresa es como gestionar una familia. Y hay quien recomienda que se organice a la familia como si fuera una compañía… Sea como sea, ser parte activa de la gestión de una empresa familiar como la de Hispano Suiza, que además es una marca centenaria renacida, es apasionante. Y yo lo vivo con esa gran responsabilidad, no entendida como un peso o una carga, sino como un compromiso firme y una entrega máxima al propósito de la marca siendo el reto profesional más importante de mi vida.
Sergio Martínez Campos
CEO, Hispano Suiza